Crecer en la Patagonia chilena significó volverme una con su historia y naturaleza. Si bien constituye mi esencia, en mi presencia es prácticamente invisible. Por esto me he empeñado en recoger diversos materiales hallados en el lugar donde crecí para crear estas piezas, haciéndola así visible para todo el mundo.
El proceso de recolección de los materiales que utilizo para realizar mis obras es también un ejercicio de observación, meditación e introspección. Es el primer paso de un trabajo en donde quiero crear un puente entre mis raíces, mi historia y la lejanía física que esta tiene.
Son diversos los elementos que voy uniendo, ensamblando, quitando, agregando y a veces sólo esculpiendo. Este proceso me permite conectar y contactarme con la naturaleza. Ella me dice quién soy y de dónde vengo, me susurra recuerdos que ya no están en mi memoria, me grita el sonido del viento de noches oscuras y tempestuosas, me regala olor a bosque, me canta en lenguaje de animales del campo, me escupe el frío de la escarcha matinal y me acurruca en sus pastos altos y ondulantes. A través de estos sentimientos, la naturaleza me guía hacia los recovecos más profundos de mi esencia e intrínsecamente salen al mundo convertidos en estas piezas, que son elementos visibles, tangibles y vestibles que me vuelven a unir con mi lugar de origen: la Patagonia.